viernes, 6 de mayo de 2011

HACIA UNA ALTERNATIVA SOCIALDEMÓCRATA


Para llegar al poder, hay dos vías: Hay la vía leninista, que primero hay que tomar el poder para después incrementarlo, esta vía es muy difícil porque hoy día, en América Latina la vía armada interesa solo a dos sectores, los fabricantes de armas y la extrema derecha..... Hoy, en América Latina, tenemos una oportunidad histórica y quizás única: La oportunidad de tomar el poder por la vía pacífica y democrática. A través de la organización de los movimientos populares y sociales, para mi es la vía más acertada y más viable en este momento histórico que estamos viviendo”[1]

Qué duda cabe, desde la caída del muro de Berlín el mundo que conocíamos hasta fines de los 80 cambió. Las ideologías extremas predominantes hasta entonces tendieron a la moderación, y las naciones comenzaron a adoptar de forma casi simultánea sistemas económicos de corte neoliberal.

Sin embargo, a pesar de esta nueva realidad sociopolítica, la Socialdemocracia ha sido blanco de numerosas críticas provenientes principalmente de las doctrinas conservadoras, ya sea por temas actualmente denominados “valóricos”, así como económicos; pero sin estar exenta de cuestionamientos por parte de sectores de la izquierda tradicional, cuestión sobre la cual quisiéramos centrarnos.

La Socialdemocracia como concepto político y social nace en la modernidad; es quizás la primera voz consiente y constante de los males que la industrialización provoca a la humanidad que adopta como forma de luchar por la construcción del socialismo la utilización de la “democracia burguesa”. Este movimiento es heredo directo del marxismo, siendo el mismo Marx el principal ideólogo hasta hoy en día, especialmente en referencia a temas socioeconómicos, lo cual se vio reflejado en el interés, apoyo y crítica que siempre manifestó al naciente SPD, al cual aportó innumerables ensayos y críticas.

Para entender qué es la socialdemocracia ahora, es fundamental comprender sus inicios, y estos se sitúan especialmente en el Sozialdemokratische Partei Deutschlands (SPD), siendo el primer partido político socialdemócrata. Fundado en 1875 tras la unión del Partido de Eisenach encabezado por Liebkecht y Bebel (1869) y la Unión General de Trabajadores Alemanes fundada por Lasalle en 1863. Se conforma en su inicio como expresión política del socialismo científico de Marx y Engels, junto con la mirada más reformista de Lasalle. La unificación se efectúa en un Congreso, donde emana el documento político fundacional: El Programa de Gotha, al cual Marx redacta una crítica[2], especialmente debido a las concesiones que se hacen al pensamiento de Lasalle, reconocido socialista utópico. EL partido termina redactando un nuevo programa en el año 1891, esta vez redactado por Karl Kautsky, Eduard Bernstein y August Bebel, mucho más apegado a la doctrina marxista[3], donde destacan dos ideas fundamentales: el convencimiento del inminente hundimiento del capitalismo y la necesidad de la socialización de los medios de producción. Es así como desde su inicio el SPD se erige como el principal el frente social que agruparía tanto al proletariado como a los gremios profesionales, en torno a la construcción de una sociedad más justa, igualitaria, libre, fraternal y democrática, siendo la inspiración para el desarrollo de partidos socialistas y/o socialdemócratas en toda Europa y Latinoamérica[4] . En este sentido es que los procesos ideológicos que el SPD ha vivido han sido puntos de partida para la reformulación de las configuraciones programáticas de los partidos socialdemócratas de todo el mundo.

A medida que los años pasaban y la sociedad moderna se iba consolidando, la situación económica de las clases bajas en Alemania cada vez era más afortunada. Es así como Eduard Bernstein reformula la táctica política del SPD, que terminaría influenciando a cada uno de los partidos socialdemócratas y socialistas democráticos en el mundo, especialmente en la transformación del SPD como partido que buscaba cimentar las bases para la construcción de un estado socialista a través de reformas parlamentarias, ello dentro de las reglas de la democracia representativa (democracia burguesa), fundamentado en el hecho de que las condiciones del trabajo no habían agudizado las contradicciones ni tampoco propendido a la lucha de clases.

Los logros que el SPD tuvo en el parlamento, y finalmente en el gobierno, hicieron que la calidad de vida para las clases bajas de la sociedad alemana incrementase de forma impresionante. Eso reivindico al SPD frente a los partidos que hasta entonces se reconocían ya sea como socialistas que habían rechazado la vía de la democracia burguesa, así como los sectores más rojos de partidos liberales, los que se habían reconocido e identificado dentro de esta nueva forma táctica de conquistar el socialismo. El gran triunfo de esta táctica política se reflejó en la República de Weimar, ya que como documento jurídico sentó las bases para el desarrollo del Constitucionalismo Social, desarrollándose de esta manera el Estado de Bienestar.

Es el Estado de Bienestar el gran orgullo de la Socialdemocracia, siendo la precursora de un desarrollo en la calidad de vida y la generación de niveles de igualdad impresionantes. A mediados del Siglo XX, la combinación de un Estado con amplias facultades, tributación progresiva y políticas macroeconómicas keynesianas llevado a cabo por diferentes países socialdemócratas llevaron a un desarrollo humano impresionante[5], mientras que las potencias hegemónicas utilizaban la mayor parte de su gasto social en armamentos.

Sin embargo, las reformas neoliberales que los partidos socialdemócratas a l largo del mundo implementaron en el inicio del nuevo milenio, y la nueva concepción de la Hacienda, como elemento macroeconómico en búsqueda de una balance fiscal, fue la gota que rebalsó el vaso, o lo vació si se quiere ver desde otra perspectiva. Esta idea implantada en las altas direcciones de los partidos socialdemócratas por la hegemonía de visión con mayor tendencia a aceptar preceptos del neoliberalismo[6], y el consiguiente abandono del socialismo como proyecto, terminó enemistando a las fuerzas Socialdemócratas con las de la izquierda anti-neoliberal, nuevo frente de lucha de la izquierda histórica. Es así como la socialdemocracia es tratada como traidora, tanto en círculos intelectuales de la izquierda como desde el mundo sindical, pagando el error que significa trasgredir la máxima “lo que se da no se quita”, lo que se tradujo haber perdido presencia y gobiernos en muchos lugares donde se había gobernado de forma continua, como lo es el mismo caso de Alemania y el de Suecia, donde las pasadas elecciones llegaron a mínimos de adhesión históricos.

Es así como el fantasma de la escisión apareció, provocando que los socialdemócratas perdiesen a insignes miembros, como también provocó que no existiese generación de nuevos cuadros políticos debido al desprestigio que los partidos vivían por lo poco atractivo que resultaba su actuar inconsecuente, sumiendo a todos sus partidos en una profunda crisis institucional.

En nuestra opinión por primero no se debe proceder a una demonización de los actuales dirigentes políticos de cada partido socialdemócrata en el mundo, sino que al contrario; se debe hacer un ejercicio de entendimiento sobre cuáles pueden haber sido las causas que se esconden en un actuar tan desideologizado, en tal abandono al proyecto histórico.

En primer lugar cabe señalar está la muerte de Olof Palme[7]. Claramente la muerte del primer ministro sueco hizo que la socialdemocracia perdiese a su último gran héroe, a su último gran líder. Después del trágico suceso cada día la socialdemocracia perdió más su capacidad de opinar como frente y proyecto político ejecutable a nivel mundial, diluyéndose en sus luchas electorales, tanto internas como externas, quedando mudo frente al nuevo escenario político mundial que se estaba forjando.

En segundo lugar, la caída del muro, y el posterior colapso de Imperio Soviético, hizo que la el concepto “socialismo” pasara a convertirse en tan sólo una utopía. Esto debido a que el Socialismo real fue derrotado por el Capitalismo, y la sociedad de consumo mostró sus bondades, que a simple vista, eran mucho más atractivas que la de los países con socialismos reales. Es así como la socialdemocracia se quedó sin un objetivo claro, al descubrir los horrores provocados por el totalitarismo y la dictadura de la burocracia, desestimando su proyecto de construcción gradual del socialismo. De esta forma perdió toda la densidad pragmática y terminó siendo un simple partido electoral.

Ahora bien, nos deberíamos preguntar ¿qué hacer?, ya que son las generaciones sin fantasmas las que deben reconstituir el proyecto socialdemócrata. El desafío es tremendo debido a la situación intelectual que el mundo vive, donde la construcción de certezas, como lo fue en su momento el marxismo clásico como modelo explicativo-justificativo, que convertía a sus seguidores en sacerdotes de Marx, los cuales recitaban sus parábolas en cada pequeño discurso y en cada pequeña conversación, ha quedado totalmente obsoleto. Esto se debe a que la desaparición filosófica de las dicotomías –bien y mal, devenir e idea- junto con la disolución de la conciencia de clase, especialmente por la reconfiguración del trabajo y la cantidad de empleados en el sector terciario, hacen que el partido de clase proletaria, como lo fue en su momento, quede totalmente desestimado por imposibilidades estructurales.

Es así como el desafío se erige de una forma distinta a las condiciones materiales de la sociedad capitalista y que hacían del socialismo el último estadio en la organización social humana, analizadas por Marx, como también a la estrategia política leninista, ya que solo sirve para la transformación de países feudales y genera solo falsa conciencia expresada en fanatismo, olvidando la importancia de la democracia y la participación social como requisito clave para la liberación.

Ahora bien, debemos entender que el fenómeno de la enajenación es íntegramente cultural[8] y que debido a esto nuestras conciencias son incapaces de siquiera imaginar la forma que tendría un socialismo en la vida de cada uno. Por otro lado tenemos la dificultad de operar en una arena política anacrónica, donde sus instituciones son parte de esa resaca que ha dejado la modernidad y su paso en la sociedad actual.

Pretendemos a través de la Socialdemocracia la reivindicación de un Estado protector de derechos y garantías universales, así como ente regulador y generador de justicia social, dejando atrás al asistencialismo; volver a hablar de educación y salud gratuita para todos, de pleno empleo. Plantear el desarrollo sustentable y generación de energía limpia, rentabilidad social y una nueva política impositiva.

En este sentido es que planteo la formación de un movimiento político en nuestro país, insertado en la escena política mundial, tanto experimento como experiencia, para erigir un referente desde la lengua castellana. A través de la Alternativa Socialdemócrata[9] lograremos establecernos como frente juvenil de vanguardia socialista democrática, donde los temas fundamentales sean siempre generar iniciativas, tanto políticas como intelectuales, que alimenten los proyectos políticos de las izquierdas en Hispanoamérica y el Mundo.

Debemos, además, enfrentar el desafío que supone un mundo globalizado y las implicancias políticas que genera, incentivando un trabajo tanto político como intelectual con nuestros hermanos socialistas democráticos de todo el mundo, con la Internacional Socialista y la IUSY el lugar indicado para emprender el trabajo político internacional, siendo clave una labor de cooperación continua que se traducirá en un aprendizaje de errores y aciertos de cada uno de éstos actores.

Tentativa Orgánica:

En lo organizativo también debemos ser de vanguardia, estableciendo métodos que no generen los vicios que afectan a los frentes juveniles de los partidos políticos, secuestrados por la ignorancia o por los dirigentes partidarios. Es así como debemos volver a la horizontalidad y debemos desestimar la división espacial como organización operativa del trabajo político, sino generar divisiones acorde a un mundo globalizado. Los frentes operativos deben entendidos desde su objetivo y su espectro de acción. Frente intelectual, preocupado de pensar la socialdemocracia del Siglo XXI, frente ecológico, generando iniciativas para una economía sustentable, frente propaganda y educación, para mostrar a los jóvenes la Alternativa Socialdemócrata[10] y educar a ciudadanía sobre sus Derechos, frente femenino, comprometido con la lucha por la equidad de género y finalmente la coordinación general, encargada de llevar de forma vanguardista la concretización de cada proyecto de cada frente, como también de decidir la agenda del Vocero, que explicaremos a continuación.

La organización tiene como su instancia de mayor autoridad a la Asamblea General, donde todo miembro de la Alternativa Socialdemócrata que pertenezca a un frente operativo podrá opinar, con derecho a voz y voto. Cada frente también contará con su asamblea de frente, donde elegirán a un Cónsul, voz del frente como responsable de sus relaciones tanto públicas como dentro de la Alternativa Socialdemócrata, cuyo cargo durará 3 meses sin ninguna excepción. La coordinación general será íntegramente conformada por los cónsules elegidos por cada frente.

Finalmente la vocería se encargará de ser la cara visible de la Alternativa Socialdemócrata (desde ahora ASD). Será elegido a través de un sorteo entre todos los miembros de la Alternativa Socialdemócrata activos y presentes en Asamblea General. Tendrá una duración de 3 meses de forma ordinaria, junto a 3 meses adicionales de forma extraordinaria como máximo. Esto debe ser pedido por moción en una Asamblea General y debe ser aprobado por ¾ del total de asistentes.

Así se espera poder lograr el gran desafío de crear un referente socialdemócrata para, por, hacia y desde Latinoamérica, que esté acorde a los tiempos que vivimos.


[1] Frei Betto: Una «primavera democrática» en América Latina. 14 de Mayo del 2009. Disponible en http://www.larevolucionvive.org.ve/spip.php?article439&lang=es

[3] Ante este programa Engels redacta la Contribución a la crítica del proyecto de programa socialdemócrata de 1891, donde solo hace comentarios, que son aclaraciones especialmente conceptuales, explicitado en la primera frase del documento: “El proyecto actual se distingue muy ventajosamente del programa anterior [Programa de Gotha]. Los numerosos restos de una vieja tradición —tanto la específicamente lassalleana, como la socialista vulgar— han sido eliminados en lo fundamental; desde el punto de vista teórico, el proyecto ha sido redactado, en conjunto, sobre la base de la ciencia actual, lo que hace posible discutirlo sobre dicha base”. Texto disponible en http://www.marxists.org/espanol/m-e/1890s/1891criti.htm#n1.

[4] En nuestro país esto se hace presente esta influencia en la construcción político-ideológica de Valentín Letelier (qué curso a fines del siglo XIX estudios en Alemania) y su influencia en la izquierda, concretamente en el Partido Radical (del cual era militante) y en la influencia para la creación del Partido Socialista de Chile. También se destaca el cofundador del Partido Socialista de Chile, Marmaduque Grove, el cuál vivió a principios del Siglo XX en Alemania y que expresó en varias ocasiones su cercanía ideológica con el SPD.

[5] Para una referencia sobre este momento de la historia mundial revisar Historia del Siglo XX de Eric Hobsbawm, especialmente el capítulo “La Edad de Oro”. Libro disponible para descargar en el siguiente enlace http://www.megaupload.com/?d=Q1IH2O88

[6] Gobernantes que se destacan en estos temas son Tony Blair, que queda reflejado en el siguiente manifiesto titulado “La Tercera Vía”, que puede verse con mucha esperanza pero se tradujo en gobiernos que convirtieron la salud y la educación en mercancías de libre mercado. Disponible en: http://www.analitica.com/bitblio/tblair/tercera_via.asp

[7] Político sueco, líder del Partido Socialdemócrata de Suecia desde 1969. Fue Primer Ministro de Suecia entre 1969 y 1976, reelecto en 1982. El 28 de febrero de 1986, cuando aún ejercía el cargo de Primer Ministro, fue asesinado por un desconocido mientras paseaba en compañía de su esposa tras salir del cine. Se destacó por sus interpelaciones a la política exterior estadounidense y soviética, apelando siempre por la paz y la autodeterminación de los pueblos. Se destacó, además, por ser el mayor crítico del neoliberalismo en sus albores, luchando ferozmente contra los planteamientos políticos de Reagan y Thatcher, batallando por salvar los últimos restos izquierdistas de la socialdemocracia

[8] Para entender este fenómeno resulta fundamental la lectura del ensayo de Max Horkheimer y Theodor Adorno: La industria cultural. Iluminismo como mistificación de masa. Disponible en http://prensalibrearaucania.files.wordpress.com/2008/07/adorno-horkheimer21.pdf

[9] Nombre tentativo y totalmente sujeto a modificación.

[10] Recuerde que el nombre es tentativo.